Cárceles de Perú y Covid 19 ¿Bomba de Tiempo?

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El Covid 19 sigue ganando terreno, teniendo como últimos escenarios a asilos y centros penitenciarios, es en los últimos dónde se ha desencadenado una serie de motines, debido al temor de los presos ante la llegada del virus o aún peor a estar contagiados, esto debido al conocimiento de una serie de contagios dentro de las cárceles y las recientes muertes de internos por Covid 19. 

Entre las causas para los motines se considera la falta de medicamentos y protocolos sanitarios para enfrentar al coronavirus en los centros de reclusión. Asimismo, el hacinamiento es un problema latente en nuestros penales, los cuales muchas veces albergan al triple de su capacidad.  

En el Perú existen 68 penales, entre los cuales hay más de 90 000 presos, y 11 000 miembros del INPE, teniendo estos últimos contactos con su familia. Según la mencionada institución, el total de reos infectados por coronavirus es de 500 y de agentes 169, estás cifras sorprenden incluso a la Defensoría del Pueblo, institución que augura un exponencial incremento en las próximas semanas. 

En este marco el gobierno aprobó el decreto supremo 004-2020-JUS, dónde se comprende tanto los a favorecidos como el procedimiento a seguir, entre los beneficiarios se encuentran las mujeres gestantes o mujeres recluidas con sus menores hijos, mayores de 60 años, personas que vayan a salir en los próximos 6 meses, condenados con pena inferior a los 4 años. Con esta medida se estima que 3000 presos saldrían libres en las próximas semanas. 

Escenarios como el actual hacen necesarias este tipo de medidas, estableciendo siempre parámetros claros, cómo la exclusión de los internos por delito grave, tal como lo afirmó el ministro de justicia y derechos humanos, el decreto supremo ha detallado de manera precisa los delitos que serán excluidos de esta gracia presidencial. 

En esta coyuntura se ha dada de cierta manera respuesta al clamor no solo de los presos sino de sus familiares, quienes temen un contagio vertiginoso y un olvido por parte del estado, por ser los recintos penitenciarios los lugares más repudiados por la sociedad, no obstante, es imprescindible recordar la humanidad de los reclusos y por ende la inherencia de sus derechos fundamentales, no debiendo sufrir ningún tipo de indiferencia por parte de las autoridades, quienes no solo deben velar por contener el virus en las calles sino también instituir medidas sanitarias en las cárceles. 

Con lo afirmado hasta aquí, se deja claro que si bien el estado a respondido, el problema no se acaba ahí, existe la necesidad de implementar medidas sanitarias para los reclusos, protocolos de salud que deban cumplirse a fin de evitar un abundante contagio, comprendiendo que la mayor parte de la población tendrá que cumplir en prisión los años que le resten de su condena.

Imagen: lavanguardia.com

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